Un repaso a la trayectoria del entrenador Zinedine Zidane

Si la mitad de mi vida dedicada a ver e informar sobre fútbol me ha enseñado algo es que nunca, nunca, nunca jamás debe apostarse contra el Real Madrid. En octavos de final el Paris Saint Germain, obscenamente rico y confundido porque pensó que el dinero lleva siempre consigo ideas y el camino al éxito, había barrido a todos los equipos en su camino hacia la última eliminatoria de la Liga de Campeones. Pero el Madrid le puso en su sitio.

Para ganar, hay que saber competir. Y ayuda haber ganado mucho antes

Aunque el PSG jugó mejor tres cuartas partes del partido de ida, el Real Madrid fue el que golpeó cuando tocaba. Los cambios de Zidane en Madrid fueron cruciales (Asensio sobre todo) y en la vuelta su idea de jugar abiertos (con Asensio y Lucas Vázquez de titulares) fue lo que dio la victoria ante un PSG sin Neymar que no supo jugar la eliminatoria.

Zidane fue la elección abrumadora de la mayoría de jugadores para reemplazar al desafiante y exigente Rafa Benítez. De alguna manera, la ingenuidad táctica percibida parecía casi irrelevante ante la satisfacción creada por el respetado francés en una atmósfera mosquetera de “uno para todos y todos para uno”, donde todos podían hacer más o menos lo que querían sin darse cuenta que Zidane estaba creando una manera de trabajar que beneficiaba al que más trabajaba.

Sin mano dura, sin grandes alardes tácticos, llegaron los títulos…

Incluso Zinedine convenció a Ronaldo para que incluyera en su calendario los descansos y las rotaciones. Pero luego todo se desmoronó. Después de ganar ocho títulos de 10 en 22 meses, el Madrid dejó de competir la liga en enero.

Concede muchos goles, no marca los suficentes y las estrellas solo empezaron a aparecer en los últimos tres meses de la temporada. Sin embargo, Zidane o bien dice que no entiende lo que pasa, o bien sabe justamente lo que está ocurriendo: después de ganar mucho, hay que escoger objetivos.

Eso lo hacen los futbolistas consciente e inconscientemente, y Zidane les ha dejado. También fue futbolista y sabe que no se puede estar siempre a tope. Pero, debió pensar, mientras salgan las cosas bien en Europa, el objetivo de ser uno de los clubes de fútbol más exitosos (y como consecuencia más apetitosos para futuros fichajes, patrocinadores, aficionados) se cumplirá.

Si el Real Madrid y Zidane ganan la Liga de Campeones será una tercera victoria consecutiva sin precedentes en el torneo de clubes más prestigioso del fútbol. ¿Será suficiente para mantener al francés en su trabajo? Debería serlo.

En parte porque no hay un sustituto claro, en parte porque Zidane aporta al Madrid la tranquilidad necesaria para renovar las ilusiones. Vendrán nuevos galácticos y el preparador francés los puede manejar bien. Pero para garantizar su continuidad, el Madrid deberá convencerle que no es buena idea dejar el banquillo, algo que se está planteando.


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